Domingo, 30 de Marzo del 2008

Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 2:20

Los hechos de Cristo a nuestro favor

Al leer el Nuevo Testamento, si nos fijamos en todo lo que Cristo hizo y hace por nosotros, encontraremos una larga lista, de la cual queremos recordar algunos hechos:“Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados” (Gálatas 1:4). Él dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás”. “El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás” (Juan 10:11, 27-28, 4:14).Cristo santifica a su Iglesia “habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra”. Además “la sustenta y la cuida” (Efesios 5:26 y 29).Cuando consideramos su actividad como Sumo Sacerdote y Abogado en el cielo, leemos: “Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Romanos 8:34). “Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1).Finalmente, él volverá y nos tomará consigo, porque él mismo dijo: “para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3). Él “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:21).Y a todos los suyos que deban pasar por la muerte les hizo estas promesas: “Le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:40) y “los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesal. 4:16).

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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