Martes, 11 de Marzo del 2008

Así dijo el Señor: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé.
Isaías 49:8

Jesús, llamándolos (a los niños), dijo:… de los tales es el reino de Dios.
Lucas 18:16

El cumpleaños

La siguiente historia tuvo lugar en Rusia, en los años 70. Esa noche Liuba festejaba sus cinco años. Su padre estaba en la cárcel a causa de su fe. Desde hacía algunos días su madre pensaba cómo podría orientar ese día para que los niños sintieran menos dolorosamente la ausencia de su papá. Sólo podía ofrecerles patatas con un pedacito de tocino. Felizmente recibieron una carta de su padre. Antes de empezar la cena, se dirigieron al Señor: «Señor Jesús, oró la pequeña Liuba, cuida de nuestro papá para que vuelva bien de salud. Bendice también a mamá. Cuando papá estaba con nosotros, siempre nos traía chocolate para nuestro cumpleaños. Contamos contigo para que nos lo mandes. Amén». Los mayores se rieron de su hermanita, pero la mamá mandó que dejasen de reír. De repente se oyó golpear a la puerta. ¿Quién podría llegar a esa hora tardía? Era un viejo amigo. Contó cómo se sintió impelido sin saber por qué, a ir al almacén para comprar una tableta de chocolate y llevársela. «¡Hurra! –exclamó Liuba–. Jesús contestó a mi oración. ¡Gracias, Señor!». Estupefacto, el amigo escuchó feliz.Dos semanas más tarde, el papá leía a sus compañeros de prisión una carta de su mujer en la que evocaba el cumpleaños de Liuba. Esta misiva les traía un consuelo y una nueva razón para esperar. Les mostraba el poder de un Dios que vela, hasta en los detalles más pequeños, sobre aquellos que confían en él, y particularmente en los momentos difíciles.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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