Domingo, 11 de Noviembre del 2007

Romanos 8:17

Si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados
Hijo adoptado y heredero de Dios(Leer Romanos 8:15-18)

Antiguamente, el esclavo romano podía ser liberado y aun excepcionalmente adoptado por su amo con todos los derechos hereditarios. Esto es una débil imagen de lo que Dios ha hecho con nosotros, pobres seres caídos, manchados y sublevados contra Él. Nos ha otorgado perdón, justicia, plena liberación y nos ha hecho miembros de su propia familia. Estamos sellados con su Espíritu, gracias al cual sus hijos son conscientes de su relación con el Padre. “Papá” (Abba, en hebreo) es a menudo la primera palabra que articula un niño (v. 15).
Si somos hijos, también somos herederos. Un heredero es alguien que recibe de otra persona cierta propiedad. Dios es el dueño de la creación. Él nos dará su posesión cuando estemos glorificados con Cristo. Como Cristo es el auténtico heredero, heredaremos con Él. Pero para que heredemos con Cristo, es necesario que suframos con Él. El Señor Jesús cuando estuvo en la tierra sufrió viendo cómo el pecado hacía su trabajo destructor en esta creación. De la misma manera sufrimos nosotros cuando vemos a nuestro alrededor las consecuencias del pecado. ¡Cómo abusa el hombre de todo lo que Dios ha creado!
Pablo esperaba el momento en que la heredad (la creación) volviese a estar en manos del legítimo dueño. Anhelaba la gloria futura que iba a ver. Al lado de ella, el sufrimiento que debía soportar no era nada.


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© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

Biblia en un año: Jeremías 44:1-46:28 - Hebreos 10:19-39

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