Sábado, 17 de Noviembre del 2007

Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;

Hebreos 13.5


¿Cómo podemos aprender a contentarnos?

No vivan preocupados por tener más dinero. Estén contentos con lo que tienen, porque Dios ha dicho en la Biblia:"Nunca te dejaré abandonado".

Por eso, podemos repetir con toda confianza lo que dice la Biblia: "No tengo miedo. Nadie puede hacerme daño porque Dios me ayuda".Piensen en los líderes que les
anunciaron el mensaje de Dios, pues ellos vivieron confiando en Dios. Piensen mucho en ellos y sigan su ejemplo. Jesucristo nunca cambia: es el mismo ayer, hoy y siempre.

Esfuércese por vivir con menos en lugar de desear más; despréndase de sus bienes en vez de querer acumular. Deléitese con lo que tiene en lugar de estar resentido por lo que se está perdiendo. Contemple el amor manifestado por Dios en lo que Él ha provisto y recuerde que el dinero y los bienes pasarán. (Véase Filipenses 4.11 para más sobre el contentamiento y 1 Juan 2.17 sobre la futilidad de nuestros deseos terrenales.)

Nos sentimos contentos cuando disfrutamos de la provisión de Dios para satisfacer nuestras necesidades. Los cristianos que se convierten en materialistas dicen con sus acciones que Dios no es capaz de cuidar de ellos, o que al menos Él no quiere cuidarlos en la forma que quisieran. La inseguridad puede conducir al amor al dinero, sin que importe que seamos ricos o pobres. El único antídoto es confiar en Dios para suplir todas nuestras necesidades.

Si usted es cristiano, tiene una gran deuda con quienes le enseñaron y fueron ejemplos de lo que usted necesitaba saber del evangelio y de cómo llevar la vida cristiana. Continúe los buenos ejemplos de quienes han invertido parte de ellos mismos en usted en la evangelización, el servicio y la educación cristiana.

A pesar de que los líderes humanos tienen mucho que ofrecer, debemos fijar nuestros ojos en Cristo, nuestro guía supremo. A diferencia de los líderes humanos, Él nunca cambiará. Cristo ha sido y será el mismo por siempre. En un mundo cambiante podemos confiar en nuestro Señor que no cambia.

Ps. Martha Huarsaya
Lima - Perú

La Biblia en un Año: Lamentaciones 2:1-3:38 - Santiago 2:1-26

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