Miercoles, 16 de Enero del 2008

Las cosas invisibles de él (Dios), su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas.

Romanos 1:20

El dios Azar
Se dice que «el azar hace bien las cosas». Juzgue usted lo que algunos dicen neciamente:A partir de la nada más absoluta, el azar hizo nacer toda la materia y la luz mediante una gigantesca explosión. Dejó pasearse algunos átomos en el universo y luego hizo surgir la vida en ellos. Proveyó todo para que esta vida fuera mantenida. Por ejemplo mezcló en proporciones convenientes los dos gases que componen la atmósfera de la tierra, para permitir la respiración de los seres que iban a surgir.Luego el azar permitió que algunas células, embriones de vida, evolucionaran de etapa en etapa como pez, luego como mono, y finalmente como hombre.Consiguió hacer que seres incompletos fuesen dotados de ojos, los cuales son la más sofisticada cámara de televisión que existe. También hizo que los mecanismos de la respiración, de la circulación sanguínea y miles de otras maravillas que el cerebro cumple se organizaran por sí mismas; capacidades que ninguna computadora (ordenador) iguala.Finalmente, la casualidad habría permitido que un cúmulo de moléculas produjera el pensamiento y que un conglomerado de elementos químicos, una fortuita asociación de átomos se transformara en sentimientos, en amor…Se entiende que la Biblia califique de “insensato” a aquel que cree en el azar antes que en el gran Dios Creador.
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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