Miercoles, 27 de Febrero del 2008

(Jesús dijo) El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
Apocalipsis 22:17
La palabra… me ha vivificado.
Salmo 119:49-50

La Biblia de los dos hermanos (1)

Hacia 1940, un misionero que pasaba por la pequeña aldea de Shimmabuko, en la isla de Okinawa (Japón), había dado una Biblia a Shosei y a su hermano Majan. Éstos se hundieron en su lectura.Una mañana Shosei dijo a su hermano: –Mira, este libro es sorprendente. Dice que debemos amarnos y servirnos unos a otros.En ese momento pasaba por allí un cojo. –Invitémosle a casa, se dijeron. Será una manera de ayudar a otros, como lo enseña el Libro. El lisiado quedó muy sorprendido y les preguntó la razón de su generosidad:–Es a causa de este Libro, explicó Shosei. Aquí dice que existe un Dios de amor, que es como un padre para nosotros. Él desea que hagamos el bien. Envió a su Hijo Jesucristo para salvarnos de nuestros pecados. ¿Le gustaría saber más al respecto?A partir de ese día, el lisiado y otras personas vinieron a sentarse a la entrada de la choza donde vivían Shosei y su hermano. Escuchaban la lectura de la Biblia. Cada vez más personas comprendían el mensaje y muchas decidieron seguir a Jesús. ¡Qué cambio se produjo en esa aldea! Las viejas costumbres dieron lugar a una nueva manera de vivir conforme al Evangelio. Hubo un cambio notable en el trato entre los aldeanos.¿Ha leído usted la Biblia? ¿Cambió ella su vida? ¿Entró usted en relación con el Dios bendito?

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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